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La importancia de la Flexibilidad Metabólica

Los consejos de nutrición clásica están abriendo paso a un cambio de paradigma que prioriza la obtención de la flexibilidad metabólica como una de nuestras capacidades más importantes como seres humanos.




Estamos expuestos a cierta sobre-información: videos, artículos, infografías de distintas herramientas que prometen milagros para mejorar tu composición corporal o mejorar determinadas patologías. Gracias a la divulgación en este sentido cada vez existe más conciencia en cuanto a la importancia de nutrirse de forma adecuada pero, ¡ojo!, ninguna de ellas tiene en cuenta lo más importante: tú, tus circunstancias personales, tu actividad física, antecedentes y contexto emocional (entre otras cosas).


Periodos de cetosis y ayunos prolongados parecen estar muy de moda entre las corrientes que van surgiendo y son sin duda herramientas muy potentes para determinadas personas y en determinados contextos pero desde luego, no constituyen el único estado metabólico que nos permitirá estar sanos.



¿ De dónde obtiene nuestro cuerpo la energía?


Cuando pensamos en aportar energía a nuestro cuerpo, automáticamente pensamos en la “quema” de glucosa (carbohidratos) y grasas que sirva de sustrato y alimento para que cada una de nuestras células haga su trabajo. La glucosa, obtenida principalmente de fuentes de hidratos como el pan, legumbres, cereales, frutas y vegetales, es una de las fuentes principales de energía para animales y humanos.



Papel de la glucosa en nuestro cuerpo


A grandes rasgos, algunos de los carbohidratos que consumimos se usan para mantener los niveles de glucosa en sangre y para ser utilizada como combustible para determinados órganos que no son capaces de utilizar la grasa como combustible.

La glucosa no empleada será depositada en el hígado y músculos en forma de glucógeno o será convertida en tejido adiposo (grasa corporal). Cuando dejan de entrar fuentes externas de glucosa a través de la dieta, podemos “liberar” el glucógeno almacenado y convertirlo de nuevo en glucosa para mantener los niveles de azúcar en sangre estables. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando ayunamos.

No obstante, debemos actuar con cautela, ya que en el caso de no disponer de suficiente glucógeno almacenado y en ausencia de aporte de glucosa a través de la alimentación, el cuerpo puede entrar en el proceso denominado neoglucogénesis que no es más que la obtención de glucosa a partir de precursores no glucídicos. Este proceso puede llegar a tener un efecto negativo en el sistema nervioso o músculo esquelético si se prolonga en el tiempo.



¿Cuándo debería usar grasa y cuándo glucosa?


Entender las bases de los mecanismos de actuación de tu organismo no solo te da capacidad para gestionar y adaptar tus hábitos de alimentación sino que te abre las puertas para elevar tu estado de salud físico y mental a un nivel superior. Por ejemplo, el estado de cetosis genera un entorno óptimo para luchar contra una bacteria mientras que, en las primeras fases de infección vírica requerimos de glucosa para hacerle frente. En el ámbito deportivo, la cetosis nutricional es ideal para recorrer grandes distancias y la glucólisis para hacer frente al sprint de llegada a la meta.

Por otro lado, existe evidencia sobre los beneficios de los protocolos cetogénicos en determinadas fases del ciclo menstrual para atenuar la respuesta inflamatoria del organismo. Sin embargo, no es el protocolo más adecuado en la misma fase del ciclo si tu deseo es quedarte embarazada.

Como en todo, hay matices pues, una persona puede perfectamente estar en cetosis y que su cuerpo sea capaz de recurrir a reservas de glucógeno cuando el contexto así lo requiera. La clave entonces reside en la flexibilidad metabólica, en enseñar a nuestro cuerpo a que cambie con facilidad del uso de la glucosa y la grasa.



Importancia de la flexibilidad metabólica


La filosofía de Levels gira en torno a la importancia de mantener una buena flexibilidad metabólica, aún no habíamos profundizado en lo que significa realmente y en cómo mejorarla. Hasta ahora :).

A grandes rasgos, una persona con flexibilidad metabólica es capaz de cambiar inmediatamente de combustible o sustrato energético, según su disponibilidad y necesidad. Las personas con buena flexibilidad metabólica tendrán un mejor rendimiento y más facilidad para quemar grasa corporal.

Las dietas convencionales y el estilo de vida actual predominado por el “no tengo tiempo ni para respirar” son grandes responsables de la poca flexibilidad metabólica de la población, directamente ligada al incremento de los casos de diabetes y obesidad. Ser “glucodependiente” o esclavo de la glucosa, genera unos desajustes hormonales en el organismo que podemos identificar de la siguiente manera:


1. Picos de glucosa

La glucosa ingerida a través de alimentos ricos en carbohidratos, no es rápidamente transportada a la célula, permaneciendo en sangre y generando picos de glucosa muy elevados. Una persona con flexibilidad metabólica, secreta fácilmente insulina para permitir que entre la glucosa en la célula, transportando al hígado y músculo el remanente para que quede almacenado en forma de glucógeno y recurrir a él cuando el contexto de la persona así lo requiera.



2. Ausencia de glucosa


En ausencia de glucosa en el organismo, (por ejemplo pasadas las doce horas de ayuno), el cuerpo en su intento de obtener glucosa como fuente de energía, se ve obligado a degradar tejido muscular (catabolismo) para seguir produciendo glucosa (gluconeogénesis). Ello es así porque no se tiene la capacidad de entrar fácilmente en cetosis, evitando la degradación del tejido muscular y extrayendo la energía del tejido adiposo (grasa).



3. Actividad física


Durante la actividad física, el cuerpo recurre directamente al glucógeno almacenado, independientemente del grado de intensidad deportiva y por consiguiente, la fatiga aparece mucho antes. En contraposición, cuando se tiene flexibilidad metabólica, el organismo sólo recurrirá al glucógeno cuando tenga que hacer frente a grandes esfuerzos, peor por lo general, utilizará grasa en mayor medida como combustible.



4. Escasa flexibilidad metabólica


Las personas con escasa o nula flexibilidad metabólica viven con una constante demanda de glucosa, antojos y necesidad de comer dulce a todas horas para “reactivar” sus niveles de energía. Difícilmente aguantan media jornada sin comer.

Por todo esto, sabemos que la fléxibilidad es la clave de la estabilidad. Si quieres aprender cómo añadir versatilidad para tener flexibilidad metabólica, no te pierdas esta propuesta práctica para trabajar tu flexibilidad metabólica que hemos preparado para ti.




 



Bibliografía
- Estradiol and the control of feeding behavior. ScienceDirect, 2017.11.11
- FGF21 contributes to neuroendocrine control of female reproduction. NCBI 2013.09
- Metabolic flexibility and obesity in children and youth. NCBI 2010.10.26
- The sedentary (r)evolution: Have we lost our metabolic flexibility?. NCBI 2018.02.02
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